miércoles, 29 de junio de 2011

DESGANA INMATERIAL


DESGANA INMATERIAL


   Al fin, tras largos años de batallas cerebrales, he firmado un solemne armisticio con mi mente. Y aunque tengo aún atravesada hasta la médula un ansia inabordable de belleza, suaves ritmos vegetales me aplacan y me enredan en su particular danza mesmérica.

Este maléfico romance, esta anaranjada calma lánguida, bien podrían ser el singular presagio de un excepcional descubrimiento.

No existe un lugar, ni una palabra que nos haga volar. El verdadero amor brota inalcanzable. Rodea los mundos subconscientes haciéndonos súbditos de todos los pecados ancestrales. Somos la inmaterial desgana, el refugio arrasado de nuestra propia herencia.