jueves, 25 de octubre de 2012

GOTA FRIA




GOTA FRÍA

     Con el tiempo comienzo a adquirir esa amerengada inconsciencia de la que gozan los estrato-cúmulos. Y es esta ascensión vertiginosa la primera señal del diluvio que aspira a transformar de raíz  nuestra existencia en la Tierra.

    Como sociedad de estructura insectil, como meros esclavos de nuestro ancestral condicionamiento genético, estamos mayoritariamente ciegos a los sagrados vínculos que nos unen con la Naturaleza. Nacimos para ser sepultados en ciudades de asfalto, gasoil y cemento. Somos y vivimos entre desechos. Esta es la suerte que tenemos que asumir por intentar emular a los hastiados Dioses.

   Lujuria al depredar salvajemente. Avaricia al saquear cada tesoro. Ignorancia al poner precio a cada animal, a cada montaña, a cada planta...

    Y así, mientras damos la espalda a todo lo auténticamente valioso, nos dedicamos a estrechar con fuerza nuestras etéreas redes sociales, nuestros enriquecedores trabajos, nuestras maravillosas y entrañables familias de sangre...

    Somos todo lo que no deberíamos haber llegado a ser. Un experimento maligno, el reverso de todo cuanto estaba destinado a ser perfecto.

    A diario aterrado y absorto por la espasmódica quintaesencia poética, gota a gota, canción a canción, desato definitivamente  los lazos que dan paso a un viaje intergaláctico, a una inmersión lunar, a un lance psicodélico.

    Ya no hay lugar a dudas. Por fin comienzo a manifestar los síntomas... Como las células que engendran los tornados... Tengo la urgente necesidad de empezar a elevarme...

sábado, 6 de octubre de 2012

PRIMER PASO



PRIMER PASO

        Carecemos de una elemental disciplina. Si pretendemos dar un vuelco, si deseamos provocar heridas severas, si ansiamos dar al traste con todo; escucharme...

     Sueño con poder evisceraros. Aullidos derramados al amor de la noche. Recito el mantra mientras millones de individuos se entregan y se funden en un atávico ritual.

     Todo ese dulce delirio, toda esa santurrona demencia, es motivo de gran satisfacción para mí. Como el que siembra y esparce una estirpe de plantas venenosas, así me ha alcanzado una nueva felicidad.

     No se trata de arruinarnos la vida deseando todo aquello de lo que carecemos. En realidad os hablo de comenzar a envidiarnos únicamente  a nosotros mismos.

     Como sagrados templos incrustados y dispersos por la Naturaleza.  La falta de un diseño, de un entramado lógico, es sabiamente el más fiel aliado posible...

     A la espera de noticias mejores, bajo la luz esquiva de las velas,  me siento a meditar escuchando al centenario bosque que me acoge. Planeo malgastar largas horas en destilar los infinitos trinos de los pájaros y en retratar la niebla que a veces cubre, semejante a un bálsamo, el lado más perfecto de las cosas.

     Solo somos responsables del primer paso. Lo demás nos llega por añadidura...