miércoles, 28 de enero de 2015

AMOR



AMOR

  En estos fríos días de enero un sonido marítimo, como de galerna, se apodera por completo del bosque haciéndolo estremecerse y vibrar.

  En las violentas sacudidas de las ramas, en sus espasmos, percibo un cierto ritmo, una primaria musicalidad, cuya belleza me traspasa.

 Son nuestros sentidos como puertas abiertas hacia una Consciencia Superior. Flores que se comunican electro-acústicamente con el Cosmos, bandadas de pájaros en súbita y alocada migración, bancos de peces sintonizados con el Todo 

  Estamos ante la punta superior de un iceberg. Nuestra fuerza de gravedad es el Arte. Tenemos que vivir en consonancia con nuestro mejor Yo, nuestra versión ideal, esa que ocupa el centro exacto de nuestra curvatura. 


  Os hablo desde el altar de un Santuario utópico, colmado de regalos, exultante hasta la médula de Amor...












BANDA SONORA




sábado, 17 de enero de 2015

SABIDURÍA


SABIDURÍA

  Vengo a multiplicarme por el mundo, a difuminarme, a diluirme... Soy un receptáculo de Amor. Una partícula de Consciencia destinada a la perfección.

 Como una herramienta al servicio de la Luz me atrinchero en el corazón de un bosque hipnótico. Calculo aquí la  dirección del viento, la presión ambiental, la inclinación del sol, la temperatura...


 Estudio las condiciones óptimas para encontrarme con los míos. Reunidos, en concentrada alerta, ante un inminente y despiadado ataque de la melancolía.


 Al rodearnos de lo vegetal, al hacernos fuertes, al ilusionarnos, al compartirnos, establecemos un vínculo sagrado con la Naturaleza. Una especie de pacto espiritual colectivo.



 Nuestra maquinaria interna desplegándose hacia la belleza, desmenuzándola, deglutiéndola, en un viaje infinito hacia lo diminuto. Hemos abierto una agujero negro, una puerta secreta a la Sabiduría.




BANDA SONORA


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domingo, 4 de enero de 2015

SECUENCIA ÁUREA




SECUENCIA ÁUREA


  Mi instinto me dice que no me equivoco. Mi felicidad me empuja a transmitir mi suerte. Mi corazón se empeña en cultivar constantemente la virtud.

 Vivimos para purificarnos, para autoconocernos, para darnos forma, para inundarnos de amor. En el inmenso y vasto territorio de lo salado la dulzura es la energía destinada a perfeccionarnos.

 Cada reflexión lumínica, cada fracción oscilatoria de luz, cada singularidad es atrapada por la gravedad absorbente de nuestros ojos. 

 Más allá del horizonte de sucesos cada una de nuestras percepciones se integra a nivel subconsciente. El tiempo, la gravedad, la inteligencia, la energía, se encuentran en constante expansión.

 Todo ello repetido innumerables veces, a múltiples escalas, a lo largo de sucesivas dimensiones, en un inexorable viaje hacia la curvatura.

 No somos sino los dioses ciegos de una secuencia áurea.







BANDA SONORA