miércoles, 1 de junio de 2011

CICLO INFERNAL


CICLO INFERNAL


   Observo con incredulidad el trascendente hecho de ver como el público acomodado y burgués que se dio cita ayer en el Palau de les Arts para asistir a la Tosca de Puccini no haya siquiera adivinado la sutil amenaza que para sus poltronas supone el discurso dramático de la obra. Supongo que la magia arrebatadora de la música ha sido capaz de amansar a estas capitalistas fieras.

Los libretistas Ilica y Giacosa no dejan títere con cabeza. Se trata de golpear con saña los pilares de la maldad y el egoísmo de un sistema político podrido hasta la médula. El Barón Scarpia encarna y es fiel sucesor de una saga de innumerables tiranos que han enseñado sus fauces cavernosas a lo largo de la historia. Aquí no valen acampadas pseudo-festivas. La lucha es un envite a muerte. Frente a la inhumanidad y la injusticia radical de esos sátrapas degenerados que toman del mundo lo que les viene en gana, solo cabe una oposición radical dispuesta a los máximos sacrificios.

Y es que ese momento de ebullición histórica que supuso la ilustración no se nutrió únicamente de enciclopedismo y filosofía. En realidad, Voltaire hubiera sido aniquilado como una pulga y ninguno de los logros democráticos que hoy tan alegremente ponemos en cuestión habrían sido alcanzados sin una enconada lucha.

Más modernamente, el exceso de avaricia entre las “manos fuertes” ha generado una crisis que amenaza con producir una involución hacia formas laborales esclavizadoras, hacia una remuneración del trabajo entendido como mera subsistencia y, como no, hacia la acaparación del ocio y el placer por aquellos que con tanta malicia y dispendios han generado esta catástrofe económica y moral.

Tal vez no deberíamos aspirar a nada más que a producir, a ser mano de obra amasadora de hereditarias élites... Sin embargo, tras la resaca emocional de Tosca, me atrevería a sugeriros no una revolución sangrienta, sino mas bien una dosis de libertina y descarada heterodoxia en cada una de vuestras rutinarias vidas. No seguir los esquemas ético-sexuales impuestos al rebaño. Reclamar activamente la libertad del uso y el abuso de esas llaves psico-astrales que acabarán liberando al mundo de este ciclo infernal espiritualmente nefasto...