jueves, 24 de marzo de 2011

LA VIDA SE EVAPORA...





LA VIDA SE EVAPORA…


Vamos a velocidad crucero. ..


Es 27 de febrero de 2011 y el aclamado director Lorin Maazel deja huérfana a la aún lactante Orquesta de la Comunidad Valenciana. Ha sido una buena tarde, no falla...  Cualquier acercamiento a Les Arts  me acaba poniendo cachondo, intelectualmente hablando. Esos “condedukus” con capa que nos elevan en sus ascensores niquelados... Esa bella enormidad de hormigón glaseado que representa la concha-mole del Palau de les Arts.  Ese hedor a colonias olvidadas de la alicatada sala sinfónica.

Las profesoras son cada vez más sutiles, si siguen evaporándose podrían convertirse en si bemoles. Sibelius ha firmado una primera sinfonía dotada de verdadero material telúrico. La orquesta como una bestia herida ha batallado en desigual combate con las fuerzas obscuras de la partitura. Un sonido limpio, claro y dispuesto para afrontar la complejidad emocional de la obra.

Yo sin embargo permanezco envarado en mi butacón. Sigo de una pieza después de ciertos desordenes mentales provocados por esta primera parte del concierto. De vez en cuando un lagrimón inoportuno viene a dar al traste con la realidad. Sibelius ha triunfado con su mensaje sobre el cambio climático. A mí me han dejado encogido, con escalofríos de belleza y necesidad de refrescarme con champagne. Han sido regalos desde lo más profundo del alma. Han sido visiones como la del Festival del Mediterráneo de 2009 en que Zubin Mehta tejió para nuestro enloquecido asombro su poderosa versión del Anillo de Wagner lisergizada por los efluvios de la Fura dels Baus.

Tenemos que desviar parte de nuestra energía sexual hacia el arte… Es imprescindible hacerlo… La belleza no puede haberse equivocado de camino...