DECLARACIÓN DE INTENCIONES
Quiero un ventanal que dé al atardecer. Quiero ver cada día el mar y poder degustar esta soberbia y delicada música brasileña. Quiero elaborar mantequilla, aceite y moscatel sin intermediarios. Quiero tener todas mis cosas a buen recaudo. Quiero escribir, artificialmente transportado, bajo los dorados guiños polisémicos de la tarde…
Veo ese futuro donde la música cosquillea juguetonamente en mis oídos. Y la felicidad, chisposa y cálida, bailotea haciendo que mi espíritu se reconcilie e ilumine.
Sueño con saber escribir todo este proceso. Y, en consecuencia, sacar a la superficie todo lo que en mi interior bulle en un dorado caldero inalcanzable.
Somos luz y buscamos armonía como las mismas fuerzas de la naturaleza buscan comprensión de sí mismas a través de nosotros.
La felicidad es libar un buen moscatel bajo los influjos anaranjados del ocaso. Es descubrir quién está al otro lado aconsejándonos. Hablándonos desde dimensiones inconscientes. Transmitiéndonos la secreta infiltración de sus temores.
Para alcanzar la belleza es preciso deslizarse hacia la paz… Un punto de equilibrio en este viaje disparado del alma… Fuera del tiempo y del espacio... El mundo entero se detiene en un fotograma del atardecer…
