lunes, 7 de marzo de 2011

ANESTESIA MORAL




ANESTESIA MORAL


Solo ante la pantalla del ordenador, convenientemente intoxicado, me deslizo por la alucinante carta de vinos del restaurante ARROP y tengo la absoluta certeza de saber que mañana, con el trasiego de esos caldos y el calor de esa brillante y aclamada cocina, olvidaré que este mundo tal y como lo conocemos ha firmado su demolición.

Encima de nosotros, en la estratosfera, estallarán brillantes pepinos tecnológicos con el nombre de Gadafi.

Mucho más allá, en algún rincón de la inconsciencia, continuarán respirándose vapores radioactivos…

Pero durante estas horas de divino culto y abandono al hedonismo más exultante, el mundo se volverá necesariamente perfecto…