martes, 18 de febrero de 2014

LÓGICA


LÓGICA

  Paseando por las estribaciones de las Calderona, junto al alegre trote de mi amorosa perrita, voy pensando en la invisible y viscosa forma en que las obligaciones y las obsesiones nos secuestran del sencillo placer de respirar, de sumergir nuestros sentidos en cada minúsculo detalle del paisaje, de colmar nuestra alma con la organizada y milagrosa estructura de cuanto nos rodea.


 Nuestro propio Big Bang es nuestro nacimiento. Nada más que una brevísima mirada que lanza el Creador sobre su Obra.

 Cada reino biológico, cada energía, cada átomo, cada diferente dimensión, cada ley física, es como una pincelada o una nota en el conjunto de una ininteligible expresión artística.

 Nosotros somos el fermento, la levadura que viene a instaurar el libre albedrío por el Cosmos. Una piedra filosofal viviente. Un caldo de cultivo. La imposible excepción. Somos los verdaderos Dioses.

 No estamos destinados a mecernos lánguidamente en la tristeza y la mediocridad. Nunca más un cúmulo de años vacíos, de oportunidades malgastadas, de experiencias perdidas.

 Es urgente tomar consciencia de nuestras limitadas horas en este particular frente de batalla y, como soldados espirituales que somos, despertar.


 Hemos venido aquí para mucho más que eso. La razón y la lógica nos lo imponen...