sábado, 16 de noviembre de 2013

PAZ INVISIBLE


PAZ INVISIBLE


  Recientemente he aprendido la vital importancia de simplificar, de efectuar una poda ejemplar en el catálogo de creencias. Una tala social, un desbroce, una criba, que nos permita expurgar lo inútil, lo accesorio, lo sobrante. Aquello que se alimenta como un parásito de nuestro espíritu.

 Famélicos, desnutridos, liberados de lo superfluo, estamos por fin preparados para comulgar en la armonía de la música. Hipnóticamente disparados, comenzamos a penetrar en nuestro centro interior.

 Maternalmente aislados como larvas, como granos de polen, bailando en formas geométricas. Ansiamos desplegarnos, esparcirnos, derramarnos...

 Yo también necesito acelerar. Alejarme de cuanto me envenena y me asfixia. No quiero una invalidez mental, una mansedumbre aséptica, una poli-condición amorfa.

 A fuerza de reducir, de suprimir y de negar resulta humanamente más sencillo dar en la diana. Descifrar la senda emocional, el camino de regreso al núcleo de la energía pura. A ese bendito punto de Luz.  A la fuente primaria...

 Con los ojos seducidos por la multiplicidad de lo latente. En absoluta abstracción, en feliz tránsito, alcanzamos mansa e invisiblemente la Paz...