viernes, 11 de enero de 2013

MANTRA


MANTRA




    A veces, bajo la pulsante soberbia del aceite, experimento el sublime deseo de suicidarme.

   Extraña felicidad que desborda las horas mediocres y obscuras para transportarme al mundo de las primarias energías... 
   Al preciso instante del primer pensamiento. A la formación de las capas contrapuestas del deseo puro.
   La Música, las más sublime de las entropías, imanta mis ideas y mis constantes vitales directamente hacia la locura, dejando entrever, en los escasos instantes cuerdos, el hermoso inicio de las dimensiones, La fecundación. El extraño Parto. La rígida fuerza motriz del Universo...