miércoles, 23 de enero de 2013

BELLEZA



BELLEZA

     Con un hermoso animal, en mi regazo recostado, experimento la ronroneante felicidad del estelar buscador de incógnitas...

   Respetar los signos. Obedecer ciertas órdenes. Hacer control de daños. Seguir instrucciones precisas. Me enfrento, de vez en cuando, a una alucinada y fantasmal presencia...

   Como un riachuelo de orín recién expelido. Como una agreste y bizarre marca de sangre. Somos el equivalente a una generación perdida. El excremento cultural de un inconmensurable intervalo de tiempo...

  Marcamos el paso en caída libre, hasta los tuétanos, completamente indiferentes... Desprendiendo así, en los intervalos, cada una de las diferentes capas de las que al parecer se compone nuestra alma.


 Ahora ya por fin, convenientemente arrodillados, esperando sumisamente el inminente final... Con la mente conectada y bien dispuesta. No puede haber una luz más adecuada... Tanta belleza me desborda...